martes, 25 de agosto de 2009

Instalación de Logia Paz y Perfecta Unión Nº 1

El viernes 7 de Agosto, el Q:.H:. Julio Bringas Osorio fue instalado junto con su cuadro de DD:. y OO:. como nuevo Venerable Maestro de Paz y Perfecta Unión Nº 1. A la ceremonia asistieron en pleno las RR:.LL:. SS:. Trabajo y Honradez Nº 17, Antonio José de Sucre Nº 125 y Luz del Renacimiento Nº 139. Asimismo participaron de dicha ceremonia el R:.H:. Hildebrando Machuca, Vice Gran Maestro de la Gran Logia del Perú y el R:.H:. Rolando Alfaro, V:.M:. de la R:.L:.S:. Orden y Libertad Nº 2.


Antes de entregar el mallete al V:.H:. Instalador, el venerable maestro saliente R:.H:. Javier Ramírez-Guerra hizo un recuento de las actividades que se habían desarrollado en su gestión al frente del taller. Entre ellas figuran la regularización de algunos hermanos alejados desde hace tiempo; el diseño del Plan Estatégico al bicentenario; el incremento del tesoro del Taller en un 35%; el aumento de la membresía entre otros. Asimismo, invocó a todos los miembros del taller a que mantengan la unidad del mismo y agradeció el apoyo recibido en ésta su segunda gestión a cargo de la Logia.


El proceso de evolución

Un ser humano en evolución es comparable a un polluelo todavía encerrado en el huevo. En éste se halla el ser evolutivo en germen. En la yema hay un algo que ya existe y, sin embargo, todavía no está hecho, o sea, el futuro polluelo. A su alrededor está la clara, el mundo que le ha sido proporcionado por la naturaleza de los padres. De este alimento nace el polluelo que se está formando. A fin de poder salvar esta primera etapa de su proceso de desarrollo, el polluelo tiene que incorporar esta «masa paterno/materna».
Del mismo modo sucede en el hombre; no sólo en el claustro materno y durante la lactancia, en cuyos estados las energías elementales se le incorporan todavía como una materia relativamente basta, sino también más adelante, cuando vaya creciendo. Ni aun cuando exteriormente ya tenga una existencia corporal autónoma, existe el niño en realidad como un ser independiente por sí mismo, sino que crece todavía de modo indirecto, por así decirlo, precisamente absorbiendo en sí, consumiendo, «devorando», todo lo que hay en el ambiente, sin el cual no puede vivir.
Son verdaderos mundos colectivos los que se asimilan, desde lo material hasta lo espiritual-anímico. La atmósfera influye invisiblemente como agente formativo, y de un modo mucho más profundo y poderoso del que generalmente se supone, ya que sólo se piensa en las comunicaciones visibles y audibles de los circunstantes. Todo esto es como el plasma nutricio del óvulo, es un «nosotros», es un tomar parte en un mundo común, es un algo que nos tenemos que incorporar para quedar aptos para la existencia; pero no es nuestro propio ser.
Las dificultades empiezan cuando la unidad primitiva se divide en un doble, en el contraste polar que será destino y misión de la vida dominar: un yo y un no-yo, un consciente y un inconsciente, lo solar y lo lunar, un mundo superior y un mundo inferior.
Esta tarea no puede calificarse más que de espiritual, pues se trata de desplegar y desarrollar la propia esencia y lo esencial en nosotros como factor inmortal. El camino hacia este fin es el mismo en las diferentes religiones, a pesar de todas sus diferencias.

La Masonería es una Religión?

No son pocas las personas que consideran a la organización masónica como un fenómeno religioso, delimitando el término «fenómeno» dentro de filosofía de Immanuel Kant, como lo que es objeto de la experiencia sensible. Es decir, ven las prácticas masónicas como religiosas. ¿Es esto así o es una ilusión influenciada por el prejuicio y la ignorancia?
Para encontrar una respuesta, que logre levantar el velo del prejuicio y aporte luz a las tinieblas de la ignorancia, es necesario entender de qué se habla cuando se expresa «es una religión». La noción es tan basta y tan heterogénea que es inviable definirla en una nota para que se comprenda de una manera completamente satisfactoria. No obstante, unas ideas podrían encender la chispa investigadora en el lector para continuar leyendo otras al respecto.

Desde todos los rincones del mundo y en todos los ámbitos, llevamos años bombardeados con propaganda teológica, al punto que conozco personas totalmente heridas que no entienden la vida sin los dictados de una religión particular. Para brindarles un bálsamo, sería una buena acción definir qué es una religión, para luego comparar las características reunidas con las prácticas masónicas y lograr responder a la cuestión planteada en el título de este trabajo.

Según Emile Durkheim –uno de los fundadores de la sociología moderna– en Las formas elementales de la vida religiosa «una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas relativas a las cosas sagradas; es decir, separadas o prohibidas, creencias y prácticas que reúnen en una misma comunidad moral a todos los que se adhieren a ellas».Esta definición centrada en las nociones de sagrado y comunidad nos ofrece el sentido amplio, sociológico o etnológico de la palabra religión.
Dentro de un sentido más restringido, menos etnológico que teológico o metafísico, algo como un subconjunto del primero postulado por el sociólogo francés, podría decirse que la religión es casi siempre una creencia en una o varias divinidades. Un conjunto organizado de creencias y de ritos referidos a cosas sobrenaturales o trascendentales y especialmente a uno o varios dioses; creencias y ritos que reúnen en una misma comunidad moral y espiritual a quienes se reconocen en ellos o los practican. ¿Se necesita integrar este subconjunto para ingresar a la Masonería?

Kant en sus postulados de la razón práctica –proposiciones que no pueden ser demostradas desde la razón teórica pero que han de ser admitidas si se quiere entender el factum moral– sostiene que algunos necesitan de un dios para consolarse, para tranquilizarse, o escapar del absurdo y la desesperación, o sencillamente para dar una coherencia a su vida. Por lo tanto, todo teísmo es religioso, pero no toda religión es teísta.

Como último análisis del fenómeno religioso es insoslayable comprender el origen de la palabra «religión». Varios autores, desde Lactancio o Tertuliano, pensaron que el latín religio, de donde procede «religión» viene del verbo religare, que significaba «religar». Se dice entonces que religión es lo que religa. Esto no prueba que el único vínculo social posible sea una creencia divina. La historia ha probado lo contrario; sin embargo ninguna sociedad puede prescindir de vínculo. Así, lo que liga a los creyentes entre sí no es Dios, cuya existencia es dudosa, sino el hecho de que comulgan en la misma fe. El término en estudio tendría otro origen, menos antiguo pero más lógico que el primero. Lo postula Cicerón, quien piensa que religio proviene más bien de relegere, que podría significar «recoger o releer». En este sentido, la religión no es lo que religa, sino lo que recoge o se relee.

Un conocido, quien me motivó a pensar el presente tema, me escribió un mail en respuesta a mi nota anterior aseverando que la Masonería es una religión puesto que «ella es sagrada, tiene rituales y dogmas». Si comparamos lo que nos expresa Durkheim con el mail podríamos encontrar similitudes semánticas pero definiciones, usos y prácticas distintas.

Para los masones sus prácticas son sagradas porque sencillamente son dignas de veneración por lo que representan y recuerdan. Propagan un compromiso de fortalecimiento vital, independiente de toda religión u concepción metafísica, más que un culto a un Ser Supremo. El problema que suscita la expresión «sagradas» en la mente de algunos es que sólo comprenden el término como algo digno de veneración por su carácter divino, o por estar relacionado con fuerzas sobrenaturales. En cambio, si se entiende la misma expresión por lo que no puede ser transgredido sin sacrilegio o sin deshonra, es verosímil que no haya sociedad que pueda prescindir duraderamente de ella. En esta última definición se ciñe la Masonería.

Los ritos practicados en la organización de la escuadra y el compás aluden a las costumbres que hacen al conjunto de reglas establecidas para realizar las ceremonias, que se elevan de toda confesión religiosa, escuela filosófica u organización política. Consisten en acciones dispuestas para lograr el perfeccionamiento intelectual y social del individuo y por él extender a la humanidad; por ende es una fraternidad universal que tiene por principios la Libertad, la Igualdad, la Tolerancia… y como único absoluto a la libertad de conciencia. Entendida de esta manera, dentro de los rituales masónicos no se alude o cultiva lo sobrenatural, sino que se estima que las concepciones metafísicas de algún principio superior son de dominio exclusivo y de la apreciación individual de sus miembros.Quien me envió el correo también aludió a que la masonería es una secta. Este término, cuya primera acepción en el Diccionario de la Real Academia Española significa «conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica», se halla sometido al mote religioso, en particular desde el Vaticano, para designar a un conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que el hablante considera falsa. Tomando el vocablo en su segunda significación, la masonería no es una secta, puesto que no es un conjunto de creyentes, tampoco es falsa porque no existe una absoluta masonería sino corrientes masónicas, unas más tradicionales–concervadores y otras más liberales–progresistas.Por lo tanto, la masonería no es una religión, pero para saber lo que es no basta leer una nota sino vivirla.

sábado, 1 de agosto de 2009

El Rito Masonico

La palabra latina Ritus de donde se ha tomado la traducción Rito significa ‘una práctica’ o ‘costumbre aprobada’ o una ‘observancia exterior’. Vesio la deriva por transposición del griego, de donde procede y significa literalmente ‘una senda hollada’, y, metafóricamente, ‘una costumbre de larga duración’. Como término masónico su aplicación es, por lo tanto, aparente. Significa el método de conferir luz masónica por una colección y distribución de grados. Es, en otras palabras, el método y orden observados en el gobierno del sistema masónico.

El sistema original de la Masonería Especulativa consiste únicamente de tres Grados Simbólicos. Tal era la situación de la Francmasonería en el año 1717, en el momento que se conoce en Inglaterra como Renacimiento del Arte . Por consiguiente éste fue el Rito original o práctica aprobada, y de este modo continuó en Inglaterra hasta el año 1813, época en que se efectuó la unión de las dos Grandes Logias, y en que “el Santo Arco Real” se declaró que formaba parte del sistema.

Pero en el continente europeo la organización de los nuevos sistemas principió en una época anterior, y por la invención de los que se conocen como grados superiores se estableció una multitud de Ritos. Todos éstos están de acuerdo con un Rito esencial e importante. Fueron establecidos bajo la base de los tres grados simbólicos, los que en todo caso constituyeron la base fundamental en la que fueron establecidos. Su designio era la expansión y desarrollo de las ideas masónicas contenidas en estos grados. Los grados de Aprendiz, de Compañero Masón y Maestro formaban el pórtico por el cual todo iniciado debía pasar que pudiese obtener entrada en el interior del templo que había sido erigido por los fundadores del rito. Ellos constituían el texto, y los grados superiores el comentario.

De aquí proviene la ley, que cualquiera que sea la constitución y enseñanzas de cualquier Rito respecto a los grados superiores que le son peculiares, siendo los tres grados simbólicos comunes a todos los Ritos, el Maestro Masón, en cualquiera de los ritos puede visitar y verificar sus labores en la Logia del Maestro de cualquier otro Rito. Únicamente hasta después que ha pasado el grado es cuando el privilegio exclusivo de cada Rito principia a ejercer su influencia.

Pero ha habido algunos de ellos que han subsistido únicamente por la influencia de sus autores, y han desaparecido tan pronto como la energía paternal que los creaba dejaba de existir. Otros han tenido una existencia más permanente y continúan aún viviendo en la familia masónica, suministrando únicamente métodos diversos de adquisición de conocimientos con el mismo gran fin la adquisición de la Verdad Divina por la Luz masónica. Ragón en su obra Tulier General, nos proporciona los nombres de ciento ocho, bajo títulos diferentes de Ritos, Ordenes y Academias. Pero muchos de éstos, no son masónicos, siendo únicamente de carácter social, político o literario. El catálogo siguiente comprende los más importantes de los que hasta la fecha continúan atrayendo la atención del estudiante masónico:

1. Rito de York.
2. Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
3. Rito Moderno o Francés.
4. Rito Americano.
5. Rito Escocés Filosófico.
6. Rito Escocés primitivo.
7. Rito Reformado.
8. Rito Helvético Reformado.
9. Rito de Fessler.
10. Rito de Schroeder.
11. Rito de la Gran Logia de los Tres Globos.
12. Rito del Elegido de la Verdad.
13. Rito del Velo Púrpura.
14. Rito del capítulo de Clermont.
15. Rito de Permnetty.
16.Rito de la estrella Flamígera.
17. Rito de Chastanier.
18. Rito de los Filaletes
19. Rito primitivo de los Filadelfos.
20. Rito del Martinismo.
21. Rito del Hermano Henoch.
22. Rito de Mizraim.
23. Rito de Menfis.
24. Rito de la estricta observancia.
25. Rito de la Observancia Laxa.
26. Rito de los Arquitectos Africanos.
27. Rito de los Hermanos del Asia.
28. Rito de Perfección.
29. Rito de los Elegidos Cohens.
30. Rito de los Emperadores del este y del Oeste.
31. Rito Primitivo de Narbona.
32. Rito de la Orden del Templo.
33. Rito Sueco.
34. Rito de Swedenborg.
35. Rito de Zinzendorf.
36. Rito Egipcio de Cagliostro.
37. Rito de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa.

En Masonería ningún Rito tiene supremacía sobre otro y si el Rito ha sido reconocido, el hermano lo es de todos los Masones del Universo.

Pero volvamos un poco atrás y examinemos como se fueron formando estos ritos.

El origen de los Ritos es difícil de establecer; algunos lo atribuyen a los Colegios de Arquitectos Romanos formados por Numa en el año 715 a J:C:; otros a los Esenios, a los Dionisianos, a los Judíos, a la construcción del Templo de Salomón, etc.

Se considera el año de 1.641 como el de la más clara reforma radical de la antigua Masonería y de él se parte, porque fue cuando las Cofradías de Masones Constructores empezaron a admitir a personas de todas las clases y condiciones, aunque fueran completamente extrañas al Arte de la Arquitectura manual.

Esto se consideraba como una distinción honorífica que no daba derecho a disfrutar los privilegios de que gozaban los verdaderos obreros y se otorgaba a distinguidos y notables personas por su sabiduría y su talento o de quienes se esperaba alcanzar alguna protección o utilidad y de aquí proviene la palabra Aceptado.

Las Corporaciones de Constructores fueron perdiendon su carácter práctico y manual, consagrándose al trabajo espiritual y dando origen a la Masonería moderna en 1.717 al reunirse las cuatro Logias de Londres, que se constituyeron en Gran Logia, y, sólo reconoció los tres grados simbólicos de Aprendiz, Compañero y Maestro.

En 1.724, el escocés Ramsay propuso a la Gran Logia de Inglaterra un sistema que comprendía la adopción de los grados Escocés, Novicio y Caballero del Templo. La propuesta fue rechazada por la Gran Logia inglesa, pero tuvo gran aceptación en Francia, y estos grados fueron como los precursores de la infinidad de sistemas de todo género que se sucedieron después.

A los grados irlandeses y a los del reformador Ramsay, se sucedieron los del filosofismo, que penetraron en muchas Logias Francesas. En 1.754 se fundó en París el Capítulo de Altos Grados llamado "CONSEJO DE EMPERADORES DE ORIENTE Y OCCIDENTE", de donde salieron muchos Ritos tales como el de Heredom o de Perfección que se llamó también Escocés Primitivo de 25 grados y otros muchos Ritos, hasta que en 1.772 se disolvió en Francia la Gran Logia y se creó la Unificación Masónica naciendo el Gran Oriente Francés que consideró "peligrosos y antimasónicos los altos grados", en circular dirigida a todas las Logias, proclamando que el Gran Oriente no admitiría ni practicaría más que los tres grados simbólicos del Rito Inglés, a los que dio el nombre de Rito Francés (Diccionario Enciclopédico Abreviado de la Masonería. Pag. 429).

Sin embargo, la creación de nuevos Ritos continuó y como el Gran Oriente no logró imponer su autoridad "por cuanto continuaba la pasión por los altos grados", el Gran Oriente declaró que reconocía el derecho que tenían todos los Masones y las Logias para practicar cualquier Rito y que su jurisdicción sólo abarcaba a las Logias que profesaban el Rito Francés.

En 1.782 se creó en el Gran Oriente de Francia una Cámara de Grados para estudiar y depurar los Sistemas Masónicos y concluyó que además de los tres grados simbólicos debían adoptarse cuatro más, que venían a ser como un resumen de todos los demás agregados.

Al mismo tiempo surgió la cuestión del R:.E:.A:.A:., cuyo origen unos dicen inglés, irlandés o escocés; otros lo atribuyen a las reformas de Ramsay y otros al Rey Federico de Prusia.

La base del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se encuentra en el Rito de Perfección, creado en París en 1.756 con 25 grados por el Capítulo de Emperadores de Oriente y Occidente.

Vino este Rito a América por el judío Esteban Morin el 27 de Agosto de 1.761 y tuvo mucho éxito. Morin amplió sus grados hasta el 33 en Charleston (Carolina del Sur) y fundó además allí el 31 de Mayo de 1.801 el primer SUPREMO CONSEJO DE LA NUEVA MASONERIA.

Al año siguiente se creó el Supremo Consejo de Santo Domingo y se nombró Soberano Inspector a Grasse Tilly, un militar Francés, residente en la Isla. Cuando Tilly regresó a Francia en 1.804, se dedicó a dar a conocer los 33 grados del Nuevo Rito, introduciéndolos en París en la Logia Escocesa de San Alejandro.

El 12 de Octubre de 1.804 por inspiración de Tilly, se constituyó la Gran Logia General Escocesa de Francia del Rito Antiguo y Aceptado en París. La nomenclatura de grados del R:.E:.A:.A:. incluye los tres grados simbólicos, más los grados del Escocismo hasta el 33.

Con el nombre de Escocés se conocen varios Ritos de la Masonería, tales como: Escocés Filosófico de 15 grados de 1.776; Escocés Primitivo de 25 grados de 1.758; Escocés Primitivo de 33 grados de 1.770; Escocés Reformado de 7 grados de 1.743; Escocés Filosófico de 18 grados de 1.750; Escocés Antiguo y Aceptado de 33 grados por reforma realizada por el Rey de Prusia Federico II.