martes, 21 de abril de 2009

XI Aniversario RLS Julio Francisco Iriarte Nº 166


El sábado 18 de abril del 2009, 12:00 horas, fuimos convocados para concurrir al Gran Templo de Logias Fundadoras, sito en los Halcones, Surquillo, a fin de asistir a la XI Tenida Blanca por el XI Aniversario de Fundación de la RLS Julio Francisco Iriarte Nº 166.

Efectuado los arreglos previos para el inicio de la Ceremonia, las damas y caballeros fueron invitados compartir los pormenores del evento. Una importante delegación de Respetables Hermanos de Logias amigas, acompañaron la ceremonia, destacando entre los asistentes el RH Manuel Altamirano, VM de la RLS Bernardo O'Higgins Nº 102, RH Luis René Vallenas, PVM de la RLS Manco Capac Nº 35, RH Oscar Lozano, PVM Arca de Noe Nº 8, RH Daniel Alatrista, PVM de la RLS Simón Bolivar Nº 103. Se dio inicio al evento rindiendo el Homenaje al Pabellón Nacional, y luego al Estandarte del Taller.

El Hermano Secretario, procedió a dar lectura a la Carta Constitutiva del Taller, recordando los aspectos formales que tuvo que cumplir la Logia, con el propósito de obtener el permiso correspondiente otorgado por la Muy Respetable Gran Logia del Perú.

Igualmente, con proverbial solemnidad se incorporó como Miembro Honorario al RH Percy Cáceda, PVM de la RLS Fraternidad Universal Nº 58, siendo distinguido con la Medalla del Taller

El discurso de Orden, alusivo al XI Aniversario estuvo a cargo del RH Max Torres Montoya, resaltando los esfuerzos que viene realizando la Logia para el adecuado funcionamiento y mantenerse a la altura de su gestor el MRH Julio Francisco de Iriarte, masón preclaro, ejemplar, considerado precursor y gestor de la Muy Respetable Gran Logia del Perú, cuya sede principal lleva su nombre, como gesto de reconocimiento a su valiosa contribución a la Orden Masónica.
Como parte de las actividades de celebración de este acontecimiento, se rindió un homenaje a los Past Venerables Maestros: Max Torres Montoya, Guido Ruiz Pinto, Feliz Quispe Rivas y Jorge Ponce Carranza, quienes durante su veneralato pusieron su entusiasmo y mejor esfuerzo para fortalecer la membresía con nuevos miembros y promovieron el desarrollo constante en la formación masónica que contribuyó al crecimiento de vuestra amada Logia. Para tal efecto, se tributó el saludo correspondiente y el MRH Manuel Manrique, Gran Maestro de Masones del Perú, hizo entrega a nombre de la Logia de una placa de reconocimiento.

El RH Jesús Tello Cepeda, Venerable Maestro de la RLS Julio Francisco Iriarte Nº 166, hizo una breve alocución a los principios y valores que constituyen el legado histórico que les dejo su Epónimo, para lo cual, los hermanos del Taller, consideraron la necesidad de que el Gran Templo de Córpac, contara con el busto de uno de sus principales gestores el MRH Emérito Julio Francisco Iriarte, para lo cual, el MRH Manuel Manrique Ugarte, Gran Maestro de Masones del Perú, recibió y agradeció la entrega del busto que artísticamente ha sido elaborado, para que sea colocado en el hall principal del Gran Templo. Asimismo, se hizo entrega de los Diplomas que poseía el MRH Julio Francisco Iriarte, como miembro del Real Arco. Ver fotos al pie de la reseña

En esta ocasión, y conforme a nuestras costumbres disfrutamos de varios números artísticos, dirigidos por el Maestro Musical Hugo Merino, haciendo gala de su arte, tocó su guitarra, extrayendo las delicadas y variadas melodías que fueron el deleite del público asistente

Al finalizar la ceremonia, se disfrutó de un excelente banquete masónico bailable en las instalaciones de la Legión de Caballería del Perú, local ubicado en Pueblo Libre




domingo, 12 de abril de 2009

Etica y Moral


Por: R:.H:. Faustino Cruz Macalupu


Hablaré sobre la libertad, el deber, el Deber Ser, y El Ser. Temas propios del pensamiento crítico analítico.

Hablar de la filosofía Moral, no es tan atractivo al hombre “moderno”. Muchas veces, más bien prefiere escuchar sobre las propiedades curativas que tiene el limón.

Algo así como el limón es la Ética. Posee cualidades que modera los excesos del hombre para que se reconcilie consigo mismo y encuentre su propia verdad[1].

Los valores morales no deben exponerse en un frío saber literal, hay que inculcarlos[2] en el neocórtex cerebral[3] y en la sensibilidad. Para lo cual hay que emplear herramientas é insumos con cierto aliño, y hablar de ese linaje de estos sustantivos que unidos por el destino son portadores de tan ilustres conceptos llamados Ética y/o Moral. Términos que nacieron con igual valor conceptual, ahora con esferas distintas; pero que ambos significados se unen entre sí para hacer reflexionar al hombre en cuanto a su capacidad de conciencia.

La moralidad y la ética tiene carácter histórico, porque así como nuestra milenaria humanidad fué abriéndose paso por el mundo, también la conciencia moral fue evolucionando y abriéndose paso por sí sola en la mentalidad de los hombres; especialmente de sus precursores. Así ha venido ganando claridad por sí misma. [4]


En cuanto los pueblos se van desarrollando socialmente, surgen las tradiciones, máximas, preceptos, edictos reales, imperiales. Se crea la norma de vida, y ese respeto a lo normado se le llama: “Eticidad de la costumbre”[5]. Ideales que también fueron y siguen siendo fuente de la filosofía del Derecho.

Todo esto hoy se lleva a cabo en forma sistemática y científica. De modo tal que, los valores son pertenencia Universalmente aceptados por la humanidad.

¿Qué es entonces la moral? ¿Qué es la ética?

La moral, es el ideal del proceder individual o colectivo que se desarrolla con arreglo a condiciones subjetivas y objetivas de cada individuo o grupo. La ética exige conductas tanto en la conciencia como en la reflexión; está inserta en la libertad de la misma sociedad de un pueblo organizado.[6]

Para los fines morales, la libertad es una condición; sin la cual la moral y la ética, no sería posible. ¿Qué obligación tendría sentido si no hubieran un sujetos que libremente eligieran cumplir el deber moral[7] ?

¿Como han surgido estos conceptos - ética y/o moral?
¿Cual sería la genealogía de la moral? – hablemos de lo más próximo a nosotros en el tiempo y en el espacio –.

En el siglo XIV, en un día de la Asunción, en la plaza de San Marco de Venecia, se expuso un muñeco de regular tamaño vestido en cuyo ropaje se daban las pautas de la indumentaria que debería usarse; que damas y patricios acudieron a mirar si concordaba con las Reales disposiciones que se pretendía como costumbre.

Felipe El Hermoso publicó edictos reglamentando la manera de vestirse y prohibiendo a los burgueses el uso del Armiño. Enrique II se mostró hostil a ciertas formas de vida y formas de vestir. Bajo su mandato apareció un gran número de reales disposiciones suprimiendo ciertas maneras de vestimenta exigiendo calidad de costumbre. Esto originó la moda de enviarse muñecas-cos vestidos a esas usanzas impuestas, (tal como hoy se envía ramos florales).

Hoy en día, por el uso de la indumentaria, los sociólogos deducen los grados de Cultura de aquellas sociedades[8].

Resulta admirable, que el hombre al construir su propia escala de valores haya incluido la costumbre de la estética indumentaria. Hoy desafortunadamente venida a menos.

Santo Tomás de Aquino, afirmaba que “los valores estaban escritos en el corazón de los hombres y no en la razón”.

Santo Tomás, quizás, solo se refería a éticas materiales que no contienen Leyes sino máximasð. La razón nos ha sido concedida como una facultad, es decir que debe tener influjo sobre nuestra voluntad de conciencia, ya que su ejercicio está dirigido justamente a producir en el sujeto una buena voluntad y no un tal o cual sentido que no precise ese principio abstracto y universal de una razón con contenido ético - moral. Santo Tomás, probablemente, no llegó a entender suficientemente que la esencia de la bondad moral, avanzaba fuertemente en la conciencia del hombre[9].

Se dice que la naturaleza de la moral, fluyó en la mentalidad de Sócrates, cuando sus juicios y su proceder moral, pasó más allá de las normas y de las tradiciones; adquiriendo con ello su propia autonomía como el verdadero paradigma de la moralidad[10].

Si buscaríamos otros sujetos paradigmáticos como aquél; solo encontraríamos preceptos o máximas de avataras tales como: “La regla de oro” de Jesús de Nazaret; el “óctuple sendero” de Siderarta Gautama (el Buda); o el mensaje de “krsna (su dios) a Arjuna en la batalla de Kuruksetra”; no contienen Ley práctica.

Botticelli, en su fresco “El nacimiento de Venus” realizado en el año 1495 pone de manifiesto el pudor: La “diosa Venus” que se encuentra totalmente desnuda parada en las valvas de una concha, transmutándose por sí sola al mundo tangible; por el fuerte viento advierte su desnudez, se ruboriza;– intenta cubrirse con sus cabellos– a su espíritu morigerado, le deviene a lamente “un manto” que corre a cubrir sus partes púdicas.

Y en su no menos famoso lienzo “La Primavera”, con dioses y ninfas de la mitología greco romana, nos da toda una sinfonía pictórica y moral. Ha personificado los valores morales con tres ninfas; o “las tres gracias” 1) voluptuosidad. 2) Castidad 3) belleza; además arriba del lienzo, el “dios cupido” flechando los corazones de las tres jovencitas allí entrelazados con sus manos. Todas o alguna de ellas podría ser motivada. (el flechazo de cupido) Y, el “dios Mercurio”. – Hermes en griego – este dios era conocedor de la transmutación de lo malo a lo bueno; les está indicando a las tres musas el eterno retorno de la primavera y el significado de la transmutación que se puede realizar en nuestro yo Atmatico.

Aquí, Botticelli nos da toda una clara exposición de como se conjugan los valores morales en el común hacer de la vida diaria.

Por lo expuesto, el hombre nace con su propio pudor y su propia vergüenza. De ahí qué: la moral, ha sido pensada y creada por la misma mentalidad del hombre; para el hombre.

En cuanto a la metamorfosis histórica conceptual del sustantivo – ética –, cuyo original significado es: autodominio. Hoy día como Ciencia, nos explica el proceso histórico de la moralización social.

Luego, si nos proponemos indagar el fundamento filosófico de la genealogía de la ética; tendríamos que recurrir a lo que tenemos más próximos como precursores; aquellos hombres y mujeres troyanos que con su Ciudad incendiada y destruida, revistiéndose de ese carácter agonal, se yerguen inmortalizando su epopeya.

De esa eticidad, escribe Homero; resaltando aquella guerra con contenido de valor moral que hasta los dioses del olimpo (héroes) intervienen en la contienda conformando un componente lúdico y ético a la vez.

Nos preguntamos, ¿Qué tiene que ver los (héroes) y la guerra con la ética?

Precisamente es en estos mitos y tradiciones, donde el sustantivo ética, se elevó a la más alta índole como especie de valor moral.

Tanto así, que el Arconte Pisístrato 613-527 y 549-538 a. C., enterado de los escritos de Homero, los mandó a concatenar dado su contenido de verdaderos juicios de valor Universalmente válidos.

La Ética, comporta dos atributos cualitativos que son: (agathòs) y (aretè)

Agathòs: Se le conceptúa con una índole de capacidad para desligar al sujeto de todo egoísmo moral; y que éste, pueda actuar en forma virtuosa. (Que sus máximas, tengan validez Universal).

Aretè: Es una fuerza que sale del almað. Tal era, la “dianoia”. Una fuerza pensante que viene del alma, hace que el sujeto articule sus juicios y acciones en forma virtuosa. – que raciocine antes de actuar –.

De tal manera que Agathòs y Areté, son dos atributos dianoiéticos subsumidos en un solo sustantivo llamado Ética.

En tal razón, la ética, es reflexión filosófica que trata sobre lo que debemos hacer o dejar de hacer. La ética, no nos describe los hechos; la ética es normativa, hace reflexionar al hombre en lo que debe hacer, o dejar de hacer. De tal modo que solamente la encontraremos en el mundo de las acciones libres. (la libertad, es la condición)

La ética, nos va a decir como deben de ser las relaciones libres, con las otras relaciones libres.
Es decir, como deben tratarse los seres libres racionales, con los otros seres libres racionales.

Ubiquemos a la ética en el ámbito de las disciplinas más próximas a ella; que bien pueden ser la política y el Derecho. (entendiéndose que, todo esto, es producto intelectual del hombre para la vida del hombre).

De la política, podríamos decir que la encontramos dentro del campo de las Instituciones Estatales y Particulares.

El Derecho, siempre lo encontraremos en el ámbito de las normas que se dan así mismas aquellas instituciones. O casos relativos y/o hetero-relativos.

En consecuencia, aquellas normas deben de ser cumplidas, caso contrario serán injustas o no se respetan las políticas sobre el manejo de aquellas normas.

Si así fuera, el Derecho tomará el caso hacia su esfera, aplicará la política moralmente eficaz para llegar al ámbito de la justicia. (aclaro, que no me refiero a esa justicia del principio de utilidad que proponen los deontologos de la norma) ¿Como debería ser aquella política para que sea justa? ¿Como deben de ser aquellas acciones para que estén dentro del ámbito de la ética?

Filosóficamente, todas las acciones o transacciones entre seres racionales, para que sean éticas deben ajustarse al Ser. ¿Qué nos explica aquello del Ser?

Aristóteles, fue el primero en hablarnos a cerca del Ser. Fue al estudio de las causas primeras; a las que les llamó La Ucia. – el Ser –Los latinos lo tradujeron “sustancia”; luego la Ontología le llamaría “Entidad” o el Ser. Kant, le llamó “la verdad en sí”[11].

Porque justamente es en esta pura realidad, donde la ética se hace sentir en la conciencia del hombre encarándole sus actos morales.

¡Sé aquello que eres! se decían los griegos refiriéndose a ese estado dianoètico en que el alma genera un acto de emulación – el polemos[12] – con el alma de los demás seres racionales. Ese reconocimiento de si mismo como libre para poder reconocer al otro como libre. Porque si yo no comprendo al otro como libre y racional; no me estoy reconociendo a mi mismo como un ser libre racional. (alter ego)

Tengo que sentirme dentro de ese común en cuanto común para darme cuenta que soy un “otro” entre los otros; y debo respetarlos como quiero yo que se me respete. Porque esa es la función de la ética, poner las proferencias[13] de los enunciados al servicio de la ciencia de la lógica para que nos haga raciocinar cuando erramos Deontologicamnete.

Que si yo me compro una camisa de tal color – ¡ya no la puede comprar mi vecino! Qué yo, puedo desempeñar el puesto que desempeña mi jefe, sin que haya hecho los estudios que mi jefe ha realizado.

Un boticario, le expende cualquier medicamento a su potencial cliente, sin atenderlo semióticamente, quitando furtivamente el verdadero derecho a quien estudió años para conocer el tipo de enfermedades. Un secretario de juzgado, también comete actos no moral, al intentar asesorar a un litigante. Se debe tratar de vivir bien, no por la “suerte”; sino por las buenas acciones[14].

Un famoso pensador[15] decía: la oscuridad no es simplemente lo opuesto a la luz; porque para entender que es la oscuridad, hay que tener conocimiento de lo que es la luz. – Sigue diciendo –, que un ciego de nacimiento no sabrá que es la oscuridad porque nunca ha visto la luz.
Lo mismo sucede con el ignorante – dice –, que no sabrá que es la ignorancia porque no sabe que es el conocimiento. – No comprende de cultura –
Todo conocimiento se desenvuelve dentro de la objetividad de los valores. Por esta razón, la Ética: es educación, respeto, lenguaje, estética y calidad de vida.

Sería menester revisar las opiniones del mundo académico, y saber cuales son los aportes de la ciencia en cuanto a la moral y la ética. ¿Cómo es eso de, el ser; y el deber ser? – ¿Porqué debo ser moral? – ¿Los valores morales, se prenden en la conciencia, O, en la sensibilidad?

El ser; otra vez tenemos que mencionar a Aristóteles, porque es el autor del ser o ente. Con estos dos vocablos “ontos y logos” acuñados en el término ontología; en consecuencia, el ser es unívoco. (Lo estudia la ontología). El deber ser: este deber ser, es lo que debe suceder. Por tanto, este deber ser, no conlleva aspecto deontológico, más bien puede relacionarse con una imputación lógica[16].

Ahora, para que a mí se me dé el concepto del deber, antes, tengo que sentir en mi interior una “pulsión” volitiva que conlleva contenidos de valor moral haciéndome responsable del acto que voy a realizar a entera libertad. Y, mi máxima, tiene que tener contenidos de valor Universal. Y, debemos ser morales, porque caso contrario, no tendremos calidad de vida. No estamos alejando de nuestra propia humanidad[17].

El hombre nace y se desarrolla en una sociedad cultural de significados diversos[18]. Allí en ese mundo, desarrolla su conciencia y construye su moral. Lo que, D. Loye opinó en el 2002 sobre el cerebro-moral; lo mismo lo dijo MacLean y el Dr. P. Ortiz C ha investigado mucho sobre la estructura neocortical del cerebro moral con sus tres componentes[19]:
a) afectivo emotivo: Las motivaciones sensitivas y valores.
b) cognitivo productivo: Sus actitudes organizacionales cognoscitivas. Y,
c) conativo volitivo productivo: El carácter como componente de una personalidad éticamente organizada. El componente conativo es pulsión. Cuando en un acto relativo, o hetero-relativo se pone “alma corazón y vida” estamos dentro del efecto de esa pulsión conativa o ese carácter agonal de los troyanos.
(Aunque deberíamos reconocer, que algo así intuyó Platón, o lo que decían los griegos – la dianoia – con respecto del alma: Platón mencionaba un alma con tres componentes: 1) paralimbico-afectivo; 2) parietotemporal-cognitivo y 3) prefrontal-conativo).
En estos estados donde se dá el Imperativo categórico[20]. Ej: Francisco Bolongnesi; Alfonso Ugarte y etc.

Por lo demostrado, La Ética, supera los componentes del limón. El limón, estará siempre con sus propiedades benéficas; pero que el uso excesivo puede causar peligro a la salud.
En cambio la Ética, siempre está como la excelencia de aquellos valores dogmáticos que pertenecen a la axiología del Derecho y la Política.
Además, tanto la Moral y la Ética, están representadas en los estamentos de la política y el Derecho; tan es así, que cuando una norma aún siendo positiva no encuentran respuesta en la Ley; la política y el Derecho, recurren a los usos y costumbre. Eso es la Moral. Eso es la Ética.



[1] F. Nietzsche. Así Hablaba Zaratustra: “De las cátedras de la virtud”
[2] Dr. Augusto Messer. Filosofía y Educación.
[3] Dr. Pedro Ortiz C. Prof. Princip. De Neurología, Ética, y de Psicología. U. N. M. S. M.
[4] Hans Reiner. “Vieja y nueva ética”
[5] F. Nietzsche. “La genealogía de la moral.”
[6] F. Nietzsche. Así hablaba Zaratustra. “De las mil y un objeto”: Sin los valores no podría vivir ningún Pueblo.
[7] Dr. Alfredo Stern. “La Filosofía de los Valores”
[8] Fernando Nicolás. Historia de la moda en la indumentaria.
ð Éticas Materiales. - Son principios prácticos válidos, solo para la voluntad del sujeto en forma contingente.
[9] Hans Reiner Vieja y Nueva Ética. Secc. Ética Tomista.
[10] William k. Frankena. Ética. Prof. De la Universidad De Michigan. EE UU.
ð Ya en aquella Época a. C. se creía que el alma aprehendía poderes trascendentales.
[11] I. Kant. “ La crítica de la razón Pura” I tomo.
[12] Era una reflexión en qué el sujeto se encuentra forzado a superarse.
[13] Wilard V. O. Quine. Los Métodos de la Lógica. Funciones Veritativas:
Deontología: Ciencia o tratado de la ética profesional
[14] Dr. Eduardo Spranger – “Formas de vida” Pg. 263
[15] I. Knat. “La Teoría del conocimiento.”
[16] Hans Kelsen - Jurista y filósofo Austriaco año 1881
[17] Demócito.
[18] Fernando Onetto - Filósofo, axiólogo. “Con los Valores” ¿Quién se anima?
[19] Dr. Pedro Ortiz C. Prof. Princip. De Neurología, Ética, y de Psicología. U. N. M. S. M.
[20] I. Kant . La Crítica de la Razón Pura. I tómo.

viernes, 10 de abril de 2009

Significado de la Muerte

INTRODUCCIÓN

Desde que el hombre es tal, la muerte ha sido objeto de temor y de ritualidad. El hombre, cuando desarrolló la mente simbólica, comenzó a tomar consciencia del significado de la muerte, y eso ocurrió hace mucho tiempo. Pero como tales, las primeras sepulturas datan del Neolítico, hace 10.000 años. En ese período de tiempo, a los muertos se les asegura una estancia estable y protegida; se tapiaban las grutas en las que el cuerpo era depositado bajo túmulos, dólmenes o monumentos funerarios que son, en cierto modo, los primeros cementerios.

Para la mayoría de las religiones, la muerte es un proceso inevitable y natural que forma parte de la vida. Para los Esenios en particular, el cuerpo es corruptible mientras que el alma es inmortal e imperecedera. De este modo, la muerte libera el alma de la prisión material.

Judíos, cristianos y musulmanes, comparten la creencia en una supervivencia del alma después de la muerte. En la religión hindú. Los fieles de esta creencia están convencidos de la transmigración de las almas, cuando muere el cuerpo, el alma sigue con vida y encarna en otro mortal, planteando así el dogma de la rueda de reencarnaciones. Algo parecido ocurre en el budismo.

Los egipcios, hacían gala de un complejo ritual en relación a la muerte. Más apegados a lo material, sentían que era necesario proteger el cuerpo de forma minuciosa, razón por la cual desarrollaron el proceso de momificación. Así, se protegía al muerto de cara a un largo viaje para el cual, al finado le colocaban amuletos protectores.

En África, la muerte es vista como una etapa de renovación del hombre, un camino hacia el más allá, que es un lugar de tránsito. La mayoría de las tribus reconocen la transmigración; no retienen al difunto, sino que le autorizan a regresar a la tierra e iniciar un nuevo círculo vital.

Es sorprendente saber que sólo las comunidades cristianas, judías y musulmanas disponen de cementerios propios. En otras culturas se deshacen de las víctimas. Por ejemplo, en la India o en el Nepal, "arrojan las cenizas de los cuerpos que antes han incinerado al río Benarés". Por aquellos lugares, la cremación es una práctica común, síntoma quizá del desapego por lo material, quizá a consecuencia de la creencia en la transmigración de las almas. Si es así, qué importa el destino de lo material.

LA MUERTE COMO PROCESO BIOLÓGICO - ESPIRITUAL

La humanidad comparte el concepto de la muerte como un proceso biológico natural que se manifiesta con el cese de las funciones vitales del ser humano, pero una visión más amplia nos permite concebirla también, como un proceso espiritual mediante el cual el espíritu abandona el cuerpo físico para continuar viviendo en otro plano o dimensión.


Según la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, en su libro "La muerte un amanecer", en el cual expone largos años de experiencias, expresa que:

"La muerte es sólo un paso más hacia una forma de vida en otra frecuencia. (...) la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento. Es un nacimiento en otra existencia... la muerte no es más que el abandono del cuerpo físico, es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo, oyendo, comprendiendo, riendo y en el que se tiene la posibilidad de continuar creciendo".

Luego del desprendimiento del cuerpo, el alma o espíritu atraviesa un período de "convalescencia", para recuperar sus fuerzas de espíritu libre de la materia. La lucidez de las ideas y la memoria de su vida retornan muy lentamente, de acuerdo con su grado de superioridad espiritual o elevación. En este momento de "despertar" al mundo o plano espiritual, el espíritu nunca se encuentra solo: es asistido o recibido por su Ángel Guardián o Espíritu Protector y espíritus familiares a los que unió en vida el amor, clara expresión del cumplimiento de la Ley de Solidaridad Universal entre ambos planos. Sea cual sea la condición del espíritu, siempre se hallará contenido por esos seres espirituales que se encuentran ocupados y preocupados por su proceso evolutivo.


En este nuevo mundo o planos, siempre apoyado por otros espíritus más evolucionados que él, repasa su vida, analiza sus errores y sus aciertos, ve, oye y se comunica a través del pensamiento y del sentimiento en forma directa, trata de intuir y apoyar a aquellos seres que dejó en la materia, porque el amor y el afecto conquistado son vínculos que no se interrumpen o destruyen con la separación física. A este mundo espiritual podríamos definirlo como imponderable porque no es mensurable por lo humano o material y en él, el espíritu deberá aprender a desplazarse sin el peso del cuerpo o la atracción de la ley de gravedad.


A pesar de todo esto, el dolor ante la muerte de un ser querido es inevitable, porque implica una separación transitoria y el dejar de experimentar la sensación física de su presencia y ello, naturalmente, deja un hueco que lleva un tiempo poder recomponer. Conocer y saber más sobre este proceso común en la vida de todo ser humano puede ayudar a encarar el tema desde otra óptica, más amplia y evolucionista de la vida.

El Dr. Rubén Bild, especializado en la disciplina que se ocupa del fenómeno de la muerte en sí, como un proceso más del ciclo vital del individuo y de los fenómenos psíquicos que se producen frente a la misma, manifiesta que:

"La muerte es un tema eludido, soslayado, negado por nuestra sociedad moderna, que ha hecho un culto de la juventud. Olvidamos que es una parte de la existencia, como el nacer y que también en esa etapa final puede haber crecimiento y desarrollo. No es una enfermedad (...) ni una prisión de la que debemos escapar. Los que han tenido la fortuna de que la muerte les avisara su llegada por anticipado, tuvieron una posibilidad más de llegar a ser, en esos postreros momentos, plenamente humanos".

LA INMORTALIDAD DEL ALMA

El conocimiento espiritual comparte con otros saberes y doctrinas, la seguridad de que el espíritu es inmortal y que guarda en sí todos los sentimientos cultivados en la vida material, porque estos no conocen de fronteras y límites terrenos.


Sin dudas, nos sentiremos más tranquilos y serenos al saber que cuando el espíritu recobre sus fuerzas en el mundo espiritual, podrá asistirnos mediante la intuición, la fortificación a nuestras luchas, acompañando nuestros pensamientos y sentimientos, siempre que nos predispongamos en la reflexión serena a recibir su ayuda. Podremos percibirlos entonces, de otra manera, y la calma y la conformidad que vayamos logrando a medida que transcurra el tiempo nos ayudará y ayudará también al ser que dejó el plano material a conseguir la suya.


La fe en Dios y en la misericordia de sus leyes que nos guían y protegen, aunque no siempre podamos razonarlas, nos darán más serenidad y entrega para saber que la muerte es sólo el comienzo de otra vida más plena, donde nos reencontraremos, en algún momento, con quienes luchamos, vivimos y amamos, para seguir aprendiendo y progresando.

La certeza de la supervivencia del espíritu luego de la muerte del cuerpo físico, constituye una realidad trascendente al aportar conocimientos sobre la inmortalidad del alma y lleva serenidad y confianza en los procesos de la evolución. Así lo expresa, la primera de las máximas de LAS TRES GRANDES VERDADES DEL MASÓN: “El Alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino de algo cuyo crecimiento y esplendor, no tiene limites”.

Significando lo anterior, que para el Masón, la MUERTE, como fin material de todos los Seres, en el plano de existencia material–terrenal, da origen al NACIMIENTO de una NUEVA VIDA; es decir, de una Esencia Espiritual que JAMÁS DESAPARECE, y además es susceptible de continuar progresando, de conformidad con el nivel de los planos en cuyo medio se desarrolla.

LA MUERTE INICIÁTICA

Para Rene Guénon, en su libro “Apercaciones sobre la Iniciación”, la palabra muerte, debe ser entendida en su sentido más general, como un cambio de estado, cualquiera que sea, es a la vez una muerte y un nacimiento, según que se considere por un lado o por el otro: muerte en relación al estado antecedente, nacimiento en relación al estado consecuente. En la iniciación masónica, que es una muerte iniciatica, se describe como un segundo nacimiento, lo que es en efecto; pero este segundo nacimiento, implica necesariamente la muerte al mundo profano. Esta muerte simbólica, es como una suerte de recapitulación de los estados antecedentes, por la que las posibilidades que se refieren al estado profano serán definitivamente agotadas, a fin de que el ser pueda desarrollar desde entonces libremente las posibilidades de orden superior que lleva en él, y cuya realización pertenece propiamente al dominio iniciático. Muerte y nacimiento, permite el paso del orden profano al orden iniciático.

Esto puede ser entendido como una regeneración psíquica; y es en efecto en el orden psíquico, es decir, en el orden donde se sitúan las modalidades sutiles del estado humano, donde deben efectuarse las primeras fases del desarrollo iniciático; pero éstas no constituyen una meta en sí mismas, y no son todavía más que preparatorias en relación a la realización de posibilidades de un orden más elevado, queremos decir, del orden espiritual en el verdadero sentido de esta palabra.

El neófito muere a la vida profana para renacer a una nueva existencia, santificada, renace igualmente a un nuevo ser que hace posible el conocimiento, la conciencia y la sabiduría. El iniciado no es solamente un recién nacido: es un hombre que sabe, que conoce los misterios, que ha tenido revelaciones de orden metafísico. Muere a viejos rencores, odios y otros vicios, adaptándose a los cambios, renunciando al ego. Al igual que en la muerte física, se entregan a la gracia de lo superior, constantemente, para renacer.

Dejan lo viejo sin dolor y toman lo nuevo con naturalidad. Viven en el reino de la razón y la actividad mental. Tienen capacidad de conectarse con energías ancestrales para esclarecer situaciones. Son serviciales, muy responsables y exigentes consigo mismos, con gran capacidad de perdón, de olvido, de transformación y auto sacrificio, poseen una gran sensibilidad, seguridad consciente y conciencia de comunidad.

La muerte simbólica, atiende el llamado, a la entrega, y al de dejar ir las cosas. La entrega es lo opuesto al abandono, es liberarse del deseo de querer controlar las cosas, y dejar ir tus ideas y esquemas del pasado que limitan las posibilidades. La entrega es liberarse de las ataduras de la acción preconcebida para que puedas vivir una vida más inspirada, sin creencias limitadoras. La muerte simbólica revela el ser, el verdadero ser, al podar las partes innecesarias. Busca nuevas maneras de ser, nuevas ideas y nuevas direcciones que ocupen el vacío que has creado con tu entrega y liberación. Siente el bálsamo de perdonar que es intrínseco con el reino de la muerte. Deja ir las cosas, y en acto de dejarlas ir, el universo te renueva con nueva Vida.

CONCLUSIÓN

De lo anterior y sin temor a equivocarse, se puede concluir que los hombres mueren, pero no perecen, sino que de nuevo comienzan a vivir. La fuerza vital en indestructible, subsiste más allá de la muerte. Estamos sometidos a un constante proceso de transformación, todo cambia e inclusive puede ser destruido, pero siempre se conserva la fuerza vital a la cual debe su existencia; lo eterno, aquello que no puede desaparecer, pues una y otra vez vuelve a resurgir en forma distinta, se renueva y vuelve a nacer. La propia idea de la vida contiene ya el germen de la muerte y se expresa en un principio dualista. La idea de la resurrección humana se basa en la reaparición de los astros después de que han descendido detrás del horizonte al mundo de los muertos.

Esta enseñanza que todos los días nos lo hace vivir el propio Sol, naciendo incansablemente por oriente y muriendo indefectiblemente por el poniente; permanentemente siguen este ciclo cósmico del nacer y el morir - morir y nacer. "Ni la naturaleza ni el hombre están condenados a la muerte eterna. Las fuerzas de la resurrección actúan: el sol reaparece cada mañana después de haber pasado la noche. Muere y renace; del mismo modo que la luna desaparece del cielo y reaparece al ritmo de sus fases. La muerte y la vida son dos aspectos de una misma realidad. La vida brota de la muerte, como la pequeña planta, del grano que se descompone en el seno de la tierra.

La muerte no es real, incluso en el sentido relativo -no es sino nacimiento a una nueva vida- es ir adelante, y adelante, y adelante, a planos de vida superiores y más altos todavía, por eones sobre eones de tiempo. El universo es nuestro hogar, y con la muerte, solo estaremos explorando sus más alejados escondrijos antes del fin del tiempo. Estamos habitando en la mente infinita del TODO, y nuestras posibilidades y oportunidades son infinitas, tanto en tiempo como en espacio. Y al final del gran ciclo de eones, cuando EL TODO atraiga de vuelta hacia sí todas sus creaciones, iremos contentos, pues entonces seremos capaces de conocer toda la verdad de ser uno con EL TODO. Tal es el dictamen de los iluminados -aquellos que han avanzado mucho a lo largo del sendero.

Entendamos pues la muerte QQ∴ HH∴, como la metamorfosis del gusano de seda en una mariposa; como el proceso donde el individuo se deshace de su cubierta exterior, que le ha servido durante su vida terrenal por los años de su existencia.