miércoles, 6 de junio de 2012

Desfile Masonico Plaza de la Bandera Pueblo Libre 03JUNIO 2012


 Desfile Masónico en Homenaje a Francisco Bolognesi.

El domingo 3 de junio de 2012 E.•.V.•., la B.•.R.•.L.•.S.•. Francisco Bolognesi Nº 48 del Vall.•. de Lima realiza una Ceremonia basada en una tradición iniciada en junio de 1964, en ésta oportunidad, se hizo presente en la Plaza de la Bandera ubicada entre los límites de los distritos de Pueblo Libre y Breña, el más numeroso contingente de las logias de Lima y Callao integrantes de la Gran Logia de los AA.•. LL.•. y AA.•. Masones de la República del Perú.

Nuestras Logias de manera multitudinaria colmaron totalmente dicha Plaza, organizadas de manera ordinal, de la más antigua a la última de ellas, se fueron apostando conforme fueron llegando las delegaciones correspondientes alrededor del círculo que conforma dicho ambiente, el motivo central, recordar y rendir homenaje al M.·.R.·.H.·. Francisco Bolognesi, Gran Maestro Emérito de la Gran Logia del Perú, el Titán del Morro, al máximo héroe de la Dignidad Nacional en conmemoración del 132º Aniversario de su inmolación en Arica el 7 de junio de 1880

Se dio inicio a la histórica ceremonia, a los pocos instantes del arribo a la Plaza de la Bandera del M.·.R.·.H.·. Hildebrando Eli Machuca Araujo, Gran Maestro de la M.·.R.·. Gran Logia de los AA.·. LL.·. y AA.·. Masones de la República del Perú, quien acababa de llegar del Vall.·. de Tacna después de haber conducido el sábado 2 de junio de 2012 E.·.V.·. por la noche, el histórico y muy grato ceremonial del Lev.·. de las CCol.·. de la flamante R.·.L.·.S.·. Artesanos del Silencio Nº 184 del Vall.·. de Tacna.


Acompañaban al Gran Maestro el M.·.R.·.H.·. Víctor Augusto Ravines Alfaro, Past Gran Maestro Inmediato de la Gran Logia del Perú, el M.·.R.·.H.·. Tomás Álvarez Manrique, Past Gran Maestro de la Gran Logia del Perú y Secretario Ejecutivo de la Confederación Masónica Interamericana – CMI, el M.·.R.·.H.·. Ismael Cornejo Alvarado, Past Gran Maestro de la Gran Logia del Perú y los integrantes del Gran Cuadro de las Grandes DD.·. y los GG.·. OO.·. de la Gran Logia del Perú.


El Coronel Francisco Bolognesi fue iniciado en los Antiguos Misterios de la Masonería, al igual que el Almirante Don Miguel Grau en la Logia Virtud y Unión Nº 3, fundada el 12 de setiembre de 1823 por el prócer argentino Don Mariano Necochea, Gran Mariscal del Perú, quien fue además su Primer Venerable Maestro.

Después que el M.·.R.·.H.·. Hildebrando Eli Machuca Araujo, Gran Maestro de la M.·.R.·. Gran Logia de los AA.·. LL.·. y AA.·. Masones de la República del Perú y el R.·.H.·. Eduardo Palacios Rodríguez, V.·M.·. de la B.·.R.·.L.·.S.·. Francisco Bolognesi Nº 48 del Vall.·. de Lima, procedieran a Izar el Pabellón Nacional, como es usual en estas ceremonias se procedió a y cantar con profundo patriotismo el Himno Nacional del Perú, que resonó en todo el entorno de la Plaza y sus alrededores llamando la atención de los presentes, los vecinos y los transeúntes.
La RLS Manco Capac Nº 35, se hizo presente en la Plaza de la Bandera, encbezado por su Venerable Maestro, RH Oscar Picon Alcalde, quien conto con la presencia de los RRy QQ HH Jesus Maldonado, Marco Espinoza, Andres Jara Caceres, Fausto Cruz Macalupu, Luis Vallenas, y Porfirio Llanos

A continuación cada una de las logias portando sus vistosos Estandartes distintivos, presididos por sus VV.·. MM.·. desfilaron marcialmente circunvalando la monumental plaza, con sus miembros luciendo sus mejores galas y condecoraciones, recibiendo al pasar por el estrado principal vítores y palmas de la distinguida concurrencia.



Fue un acontecimiento muy grato, la participación del M.·.R.·.H.·. Luciano Baquerizo Zuzaeta, Past Gran Maestro de la Gran Logia del Perú, quien estuvo en todo momento junto a sus HH.·. de la R.·.L.·.S.·. Trabajo y Honradez Nº 17 del Vall.·. de Lima, tanto durante la formación como en el desfile.

Luego, del Discurso de Orden a cargo de una niña en recuerdo del sabio hurochirano Julio C. Tello, se dio inicio al desfile de las diversas delegaciones de escolares de Secundaria, entre los que destacaron por su presentación y marcialidad los alumnos del Colegio Arturo Padilla Espinoza de Ventanilla, de la que es promotor de la Gran Logia del Perú

La Piedra tosca y la Piedra Tallada



De quien sabe: Jean Palou (Francia)


La francmasonería, al devenir especulativa en 1717, perdió su apoyo técnico de realización operativa y espiritual. Los materiales, los instrumentos del oficio, se convirtieron, ya en imágenes materiales fijadas sobre el tapiz de la logia en los primeros y segundos grados, ya en imágenes mentales. De todas maneras, lo que la mano probaba tocar, el espíritu que actúa sobre la mano, participa desde entonces únicamente del dominio de lo mental. Tenemos aquí, sin duda, la consecuencia de una época en que la máquina iba a reemplazar de más en más a la acción humana.

La piedra bruta queda como uno de los símbolos fundamentales de la francmasonería. De manera general, los autores masónicos han transformado ese símbolo en una alegoría moral, muy a menudo utilitaria. Ellos asimilan el nuevo masón, el aprendiz, a una piedra bruta que le será necesario trabajar a él mismo y sobre sí mismo, mediante una tarea constante, puramente interior. Si nos colocamos sobre el plano metafísico, la piedra bruta (el aprendiz) es una individualidad (el yo) que deberá debastarse para llegar a la personalidad (el sí), es decir, para desembarazarse en fin de todas sus asperezas (la piedra tallada) e integrarse en el edificio global que forma la francmasoneria.
Si regresamos al plano operativo -y como hemos tenido ocasión de subrayarlo muchas veces aquí mismo-, las primeras construcciones se hacen de madera y el tránsito progresivo de ese primer modo de edificación al empleo de la piedra bruta, luego de la piedra tallada, no puede constituir, a los ojos de nuestros modernos contemporáneos, sino un progreso.

Se trata también igualmente -puesto que se habla de construcciones, y por tanto de abrigo para los hombres- de una estabilización del modo de vida, o, si se quiere, de la concentración de los hombres espacial y temporalmente, es decir, del pasaje de la vida nómada a la vida sedentaria, lo que implica un cambio de tradiciones, "y además, cuando Israel pasa del primero de esos estados al segundo, la prohibición de elevar edificios de piedra tallada desapareció, porque ésta ya no tenía razón de ser; testimonio, la construcción del Templo de Salomón, que seguramente no fue una empresa profana a la cual se vincula, de modo simbólico por lo menos, el origen mismo de la masonería".
La construcción en piedras brutas, luego en piedras talladas, puede dar al edificio más fuerza y más belleza, pero ella constituye al proyectarse sobre el plano tradicional una solidificación que refleja una especie de decadencia espiritual. No es menos cierto que la talla de la piedra bruta se realiza siempre según un rito, es decir, mediante una sacralización del trabajo que lleva a la glorificación no sólo de ese trabajo propio sino de Aquel que manda e inspira a los Obreros, todo lo cual se opera y se integra en un plan trazado por la divinidad.

Se comprende que el trabajo efectuado sobre la piedra bruta para convertirla en piedra tallada no puede hacerse sino en una sociedad tradicional, lo que no es, por desgracia, el caso del mundo moderno contingente. Sólo en tal mundo se puede permitir la francmasonería ese trabajo de realización espiritual, pero únicamente sobre el plano mental, y esto porque la masonería, a pesar de su decadencia "especulativa", ha conservado la transmisión espiritual iniciática, y ritualiza mediante gestos y palabras el trabajo -antiguamente efectivo, y ahora sólo mental-.

El compagnonnage, con la masonería, siguen siendo igualmente, en nuestros días, los únicos representantes eficaces de esos oficios antiguos que permitían al obrero iniciado realizar los trabajos sobre la piedra, sobre sí mismo y sobre el conjunto del cosmos.

La piedra constituye en sí un "potencial de fuerzas telúricas, y determina todo un ritual de arte sagrado. Para mostrar que el hombre se perfecciona, se le compara a una piedra que de estado bruto llega al estado tallado". Es así que, en el curso de las edades, se adjudicó una particular importancia no sólo a la talla de la piedra bruta, sino a la colocación de la piedra finalmente debastada, no como se dice por lo general, en la masonería francesa, por el martillo y el cincel, sino por una boucharde, "especie de martillo en punta del que se sirven, en efecto, los talladores de piedra".

Hasta no hace mucho tiempo, por cierto, los masones de la región de Menton decían una plegaria cuando se colocaba la primera piedra; los de Namur la rociaban con una rama de arbusto previamente mojada en agua bendita. No es menos curioso señalar que en el siglo XIX aún, los masones del Bocage normando golpeaban la primera piedra colocada con una cuchara y un martillo; los del Franco Condado la golpeaban tres veces. La colocación de la primera piedra en el edificio se hacía siempre en el ángulo nordeste de la futura construcción acompañada de un ritual particular en cada región. De igual modo, en la francmasonería especulativa, el recién iniciado es colocado -piedra fundamental simbólica del edificio futuro- en el ángulo nordeste de la Logia.

La mayor parte de los autores tratan de mostrar que la talla de la piedra bruta, es decir, el trabajo individual realizado por el aprendiz, se vincula a la idea absolutamente profana de libertad, mientras que la noción iniciática de Liberación convendría mucho mejor en este dominio. Aparece aquí el recuerdo de las lecciones masónicas del siglo último y la afirmación bien conocida y tajante: "El masón libre en la logia libre", de Oswald Wirth, que refleja un estado de espíritu individualista y profano, en tanto que la talla de la piedra bruta se efectúa en verdad por el individuo asociado, integrado en la asamblea de la comunidad de iniciados, puesto que -es necesario no olvidarlo- el trabajo de realización espiritual masónica no podría ser más que obra colectiva.