viernes, 27 de julio de 2007

125 Aniversario Gran Logia del Perú


Existen fechas, tiempos y lugares que marcan hitos en la historia de las personas, las instituciones o hechos humanos, que hacen que uno los recuerde con gran alegría o profunda tristeza.


Hoy HH:. estamos cumpliendo 125 años de existencia como Gran Logia del Perú, hermosos años que cargan propias penas y alegrías, triunfos y derrotas, pero siempre llevando en nuestro quehacer logial cotidiano, la esperanza es un mundo nuevo y mejor donde el amor, la lealtad y la tolerancia cumplan su histórico rol.


HH:. es esta oportunidad, no os voy a presentar un discurso sobre definiciones masónicas, o el origen y trascendencia de nuestros ritos. En esta Ten:. HH:., quiero hacer una reflexión con todos vosotros sobre la inmensa categoría y proyección del más sublime de los ideales: “La Francmasonería y su destino en el tiempo”.

La Masonería HH:. debe mantener y cultivar su juventud, mas que cronológica espiritual. Es deber de todos nosotros concienciar, que en todos los tiempos, en todos los lugares, y en todos los centros histéricos del planeta, el presente del ayer, alberga la dulzura y fuerza de lo no manifestado, o sea la presencia del G:.A:.D:.U:. en el ayer y el hoy que nos vislumbrará lo que será el mañana.

Si metafísicamente reflexionamos HH:., no nos engañemos; la juventud viene perdiendo su plano inicial y trascendente, el materialismo se viene tragando al Hombre, en una simbiosis de salvajismo y desesperanza, y el espiritualismo representado por los jóvenes ancianos. Está perturbado, ansioso y con pocas esperanzas, buscando con los ojos perdidos, a los jóvenes octogenarios que llenos de sabiduría y vigor, dejando de lado a los viejos decrépitos de 20 años. Seamos jóvenes HH:., sintámonos renovadores e impulsadores de acontecimientos históricos.

El pasado HH:., o mejor dicho el presente del ayer y su historia, especialmente en estos 125 años que hoy celebramos, ennoblece nuestra alma de masón, cuidémosla, como si fuera un huracán de querubines que acarician nuestro rostro, y lancémonos al encuentro del futuro, pero con Amor y Dignidad; ya no hablemos de que el pasado nos sirve para no cometer los mismos errores, o que todo pasado fue mejor; démosle a esta etapa de vida el verdadero sentido que el Divino Rabí de Galilea nos legó y cargando nuestro pasado como una cruz sobre la espalda construyamos el futuro, y que el servicio que hagamos en nuestra vida, el amor que prodigamos a nuestros semejante sea la verdadera medida de nuestro tiempo y nuestra carga.

El corazón pesa mucho, HH:. cuando la conciencia está dormida y hasta las estrellas aprietan sus puntas en la indiferencia y la ignorancia.

El futuro HH:. hay que mirarlo insisto como una continuación del presente, marcando con cadencia los pasos de la historia y no tener miedo de enfrentar y entender este futuro como el inconsciente colectivo o alma grupal de la humanidad.

Hay que construir el futuro HH:. para que haya un mundo nuevo, tienen que nacer o renacer en nosotros, masones nuevos que podamos construir, mantener y legar a nuestros hijos y a los hijos de estos, este mundo nuevo de virtudes, para que todos lo utilicemos sin explotarlo, lo usemos sin aplastar su corazón con brutalidad, con pasión barata, con egoísmo y estupidez destructora; desterremos estos agobiantes vicios que desdibujan nuestra naturaleza humana.

Recordemos HH:. que el Hombre Masón deberá trabajar sobre si mismo sin perder un momento, en su perfeccionamiento, apoyándose en lo válido de su pasado, pisando fuerte en el presente y con una visión señera del futuro.

Equilibremos el pasado, el presente y el futuro y hagamos una unidad funcional con nuestro Dios que es Amor y pura verdad.

Os saludo fraternalmente y os agradezco vuestra presencia MM:.RR:., RR:. y QQ:. HH:.

M:.R:.H:. Alberto Montezuma Zavaleta
Gran Maestro de Masones del Perú